La detección permite que los productos de la combustión y los fenómenos físicos y químicos producidos por la combustión se transformen en una señal rápida y fiable. Los objetivos de un sistema de detección de incendios son reducir el riesgo de incendio, evitar la propagación del humo y las llamas, garantizar la evacuación de los ocupantes y facilitar la actuación de los bomberos. Para obtener estos objetivos que nos permitirán evitar el desarrollo del incendio, el sistema de detección debe realizar las siguientes funciones:

  • Prevenir para evitar que se produzca el incendio, con actuaciones desde el inicio del diseño del recinto que ocupará el riesgo.
  • Detectar con rapidez y fiabilidad el incendio y avisar con precisión del lugar en que se encuentra para adoptar las medidas previstas en el menor tiempo posible.
  • Extinguir el incendio en su fase incipiente y con el menor riesgo posible para personas y bienes.

Detección Convencional

Este sistema de detección convencional permite una protección adecuada de superficies pequeñas o diáfanas, en las que los detectores y pulsadores sean fáciles de localizar y próximos a la central. Resulta económico tanto por la adquisición de la central, detectores, pulsadores y alarmas, como por su instalación. Este sistema debe responder al objetivo general de localizar el origen del incendio con precisión y rapidez, por lo que ante instalaciones de gran magnitud, no es rápido en cuanto a la localización clara del punto donde se inicia el incendio.

Estos detectores ya tienen la sensibilidad ajustada en la fábrica con los márgenes marcados por las normas y no permiten que los usuarios podamos realizar ningún otro ajuste, ni disponer de ninguna información hasta que se activa.

El inconveniente aparece cuando se ensucia el detector o se producen situaciones ambientales y activan el detector que genera una falsa alarma, por lo que estamos obligados a que, en cualquier caso, haya que desplazarse a la zona del detector activado y comprobar que la alarma es real o falsa. Esta necesidad de conseguir una información y localización precisa sobre el lugar de inicio del incendio, generó la evolución de este sistema convencional hacia otros sistemas, que en primer lugar fueron los direccionables y más adelante siguieron los inteligentes.

Detección Direccional

Las ventajas respecto a los sistemas convencionales permiten satisfacer las necesidades de abarcar varias zonas con los diferentes componentes que en ellas se encuentran, perfectamente identificados y conectados en uno o alguno de los varios bucles que puede tener la central.

Las ventajas respecto a los sistemas convencionales permiten satisfacer las necesidades de abarcar varias zonas con los diferentes componentes que en ellas se encuentran, perfectamente identificados y conectados en uno o alguno de los varios bucles que puede tener la central.

Detección Inteligente

Esta detección permite asimismo una comunicación bidireccional y en tiempo real entre la central y los componentes de la instalación, ya que desde ella se puede acceder a cualquier sensor y visualizar en el display la concentración de humos o la temperatura ambiental en un cierto momento y lugar. La comunicación bidireccional significa que la central puede preguntar en forma codificada digital y que el sensor le puede responder o bien con valores analógicos codificados en digital, o bien con valores analógicos sin codificar.